Aunque es algo que tenía escrito hace tiempo, lo he encontrado y quisiera compartirlo hoy....
"La Serenidad no surge de vivir las circunstancias ideales; la Serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención en medio de la dificultad, en aquello que para tí es una prioridad"
Esta semana hablaba de esto con Luis, y es que creemos que nos preparamos mucho para la Serenidad; leemos mucho, practicamos disciplinas que nos acercan a ella, como el Aikido, la Meditación, la Terapia Manual de Escucha.... pero luego una simple situación familiar que se sale de la rutina, nos desestabiliza de tal forma que notamos cómo nuestro corazón se ofusca, se ennegrece y surge una rabia que no comprendemos: "si yo trabajo mucho esto, por qué me invade ahora este sentimiento y estoy que me como a alguien?".
Y es que todo lo que leemos, lo leemos en un ambiente tranquilo, las letras que están impresas son muy bonitas, muy coherentes, incluso nos llegan al corazón porque nos vemos reflejados; lo que practimos, por ejemplo la Terapia Craneosacral, la hacemos en una habitación preparada para ello, con una luz tenue, una música que nos relaja, un aroma que acompaña y, normalmente el paciente está tranquilo; En el Aikido, practicamos con ataques de otra persona, y el entrenamiento es intenso, incluso a veces doloroso para nuestros miedos, sí, pero ese ataque lo realiza un amigo, le veo casi todos los días, compartimos momentos de trabajo, pero también risas, preocupaciones, momentos de tranquilidad y comprobamos que la práctica diaria nos cambia y nos hace evolucionar como aikidokas y como personas; entonces, ¿por qué me desestabilizo? Pues, por eso mismo, porque todo lo hacemos ,como dice la frase de arriba, en circunstancias ideales y el trabajo verdadero es el que da resultados cuando cualquier cosa nimia, insignificante nos altera nuestro corazón. Y es que creemos que tenemos el control de todo, porque hacemos todas estas cosas pero tenemos que dar gracias a estas situaciones que surgen ya que nos hacen poner a prueba nuestro trabajo y nos hacen crecer de verdad, es como cuando en clase, el maestro se pone un poco más serio y la práctica se pone intensa y llegas a sentir un cosquilleo de "miedo" por lo que va a pasar, por si no eres capaz de responderle como uke y así te pone a prueba tu propio pundonor, es ahí donde sabes si el trabajo de todos los días está sirviendo para algo o, en realidad tienes que tomártelo más en serio, porque si no, en el momento del ataque verdadero no sabes afrontarlo; es lo mismo que cuando en terapia el paciente se niega a ser realmente ayudado, con resistencias fuertes, y es ahí, donde realmente te das cuenta de si eres capaz de superar esas resistencias y llevar al paciente donde realmente lo necesita y llegar a una buena resolución; Y es lo mismo que cuando en casa, falta una simple goma o un simple lápiz para hacer los deberes que tu hija hace todos los días a la misma hora, y no puede hacerlos sin ella, y en ese momento te das cuenta de si estás preparado para afrontar la situación y cambiar la rutina por ese día,
Y es que la serenidad es saber ADAPTARSE a cada momento, tal y como viene, aunque no sea aquello que esperábamos o como esperábamos, hace falta FLUIR con lo que viene y ESCUCHAR cómo viene para poder superar esa sensación de desestabilización, esa rabia, ese desánimo.
Y es verdad lo que hablábamos luis y yo esta semana que el leer libros que te hacen reflexionar, practicar aikido, te ayudan a que en el momento crucial estés preparado y la situación sea cada vez más tranquila y tengamos más paciencia y más serenidad, todo eso nos acerca y nos hace entrar en el camino, pero el camino es largo e intenso.
Así lo siento yo.
Así que animo a todo el mundo a que busquen aquellas prácticas que le acerquen al encuentro de la Serenidad.
Mª Elena Guijarro Ureña
Siempre me ha gustado expresarme escribiendo, las palabras salen más fluídas y me permite profundizar más en mis pensamientos. Ahora mi camino está en la búsqueda de la serenidad y la confianza, y a ello me ayudan terapias como la Cráneo Sacral, el Reiki, el propio contacto con mis pacientes y amigos y la práctica del Aikido. Espero poder seguir avanzando y poco a poco ir consiguiendo metas que me ayuden a ser más feliz y a hacer más feliz al que me rodea.
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