Fue a la orilla pero no pudo ver ninguna causa evidente del cambio. No había barro en el agua o a lo largo de la orilla. Hasta que contempló el cielo y vio que estaba lleno de nubes de un tono gris oscuro. En ese momento se dio cuenta de que el color de las nubes había cambiado el color del lago; la propia agua, cuando la miraba, seguía estando limpia y transparente.
Nuestra claridad esencial, en muchos sentidos, es como el lago. Puede que el "color" parezca cambiar de un día para otro o a cada momento, reflejando los pensamientos, las emociones y todo lo que pasa por "ahí arriba", por decirlo de algún modo.No importa lo que esté reflejando, la esencia nunca cambia: siempre permanece limpia, serena y transparente.
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