ES TAN FÁCIL, CUESTA TAN POCO....
Cuenta Tsoknyi Rimpoche, uno de los maestros de meditación más destacados en el budismo tibetano actual, que en la tradición budista, es normal empezar recitando una pequeña oración para que cualquier esfuerzo que hagamos tenga un beneficio para los demás.
Al final de nuestro ejercicio, debemos transmitir a los demás la fuerza, la paz o la calma a que hayamos despertado.
Por supuesto, hay gente que podrá sentirse reacia a hacer eso. "¿Por qué tengo que darle el trabajo que he hecho a gente que no conozco?", puede preguntarse alguien.
Lo único que te puedo decir es que AL COMPARTIR NO PIERDES NADA. POR EL CONTRARIO, LA FUERZA AUMENTA AL DARLA.
Lo podrás comprobar tú mismo la próxima vez que entres en un restaurante de comida rápida y mires a los ojos a la persona que te esté atendiendo. Puede que se sienta más viva y alerta cuando esté preparando lo que le has pedido. O quizás cuando le des las gracias sinceramente al que te ha llenado el depósito de gasolina del coche, puedes ver que se le iluminan los ojos o que el cuerpo se le endereza al reconocer realmente que alguien lo ve como un ser humano. Tal vez sea más probable que se dirija a la siguiente persona que atienda de forma más amable y educada- lo cual puede a su vez influir en el comportamiento de aquel al que atiende, haciendo que, cuando trate con la siguiente persona que se encuentre, lo haga con un mayor grado de amabilidad y respeto-. También he visto gente que da las gracias al conductor cuando se baja del autobús. A veces no hay ninguna reacción, pero a medida que otros se fijan en eso y también dan las gracias al conductor, se crea una atmósfera de ondas de buenos sentimientos en el autobús, que quizás se extienda a lo largo de la ciudad.
Qué poco cuesta! A que a todos nos gusta cuando una persona es amable con nosotros, nos atiende con una sonrisa y da las gracias, o los simples buenos días a tu vecino a la gente que te vas cruzando por la mañana...
¿Por qué no lo intentas?
Siempre me ha gustado expresarme escribiendo, las palabras salen más fluídas y me permite profundizar más en mis pensamientos. Ahora mi camino está en la búsqueda de la serenidad y la confianza, y a ello me ayudan terapias como la Cráneo Sacral, el Reiki, el propio contacto con mis pacientes y amigos y la práctica del Aikido. Espero poder seguir avanzando y poco a poco ir consiguiendo metas que me ayuden a ser más feliz y a hacer más feliz al que me rodea.
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