jueves, 22 de noviembre de 2012

           "Lo que se resiste persiste, lo que se acepta se desvanece"

     De la aceptación y de la compasión surge una nueva forma de comprender, que se acerca a lo que denominamos sabiduría.

       Igual que la luz disipa la oscuridad, la auténtica comprensión disipa muchos de nuestros miedos.


Dr. Mario Alonso Puig

viernes, 28 de septiembre de 2012

¿QUÉ SIGNIFICA EL ESTRÉS EN EL CUERPO HUMANO?



    "El estrés es la causa de, como mínimo, el 95% de las enfermedades; y el 5% restante fue causado por el estrés sufrido en un determinado momento por algún antepasado de esa persona." Dr. Bruce Lipton, Facultad de Medina de Stanford, 1998.
    Existe una diferencia importante entre los temas circunstanciales que normalmente consideramos estresantes y el estrés fisiólogico que produce una enfermedad. El estrés fisiológico es el que se produce cuando nuestro sistema nervioso se desequilibra.
    El sistema nervioso autónomo consta de dos partes, el sistema nervioso parasimpático, que se encarga del crecimiento, la salud y el mantenimiento corporal, así como de los procesos automáticos como la digestión, sistema endocrino, sistema inmunológico...; Y el sistema nervioso simpático, que funciona de forma mucho menos frecuente. El sistema nervioso simpático es lo que llamamos sistema de "pelea o de echa  a correr", costituye la alarma. Es el que salva nustras vidas en un determinado momento de peligro. Cuando salta la "alarma", el flujo sanguíneo cambia por completo, ya no acude al estómago para ayudar a la digestión de los alimentos. Tampoco se dirige a los lóbulos frontales del cerebro para formar un pensamiento creativo; ni va hacia los riñones y el hígado. La gran parte de la sangre se dirige entonces a los músculos, porque tu organismo piensa que va a tener que luchar intensamente, o echar a correr lo más rápido posible, cuando algo amenaza su vida.
Por consiguiente, en esos instantes usted no necesita ponerse a digerir el alimento que ha ingerido, o que el hígado inicie un proceso de purificación de toxinas, o que los riñones equilibren la electrolisis, o que tenga pensamientos creativos; no puede emplear el tiempo en ninguna de esas cosas porque si no sobrevive en los próximos minutos todo lo demás carece de importancia.
    Aunque todos esos cambios están pensados para salvar su vida, si se mantienen a lo largo del tiempo mediante un estrés continuo, pueden causar serios daños a los órganos, afectando de forma directa y específica a su sistema inmunológico.
 Esto es lo que sucede a nivel orgánico, pero y a nivel celular ¿qué sucede? Todas nuestras células dejan de realizar su crecimiento normal, de salud y de mantenimiento del organismo. Las células se cierran totalmente, nada entra ni sale; por tanto, no reciben la debida nutrición, ni el oxígeno, ni los minerales... Tampoco se liberan de los productos de desecho ni de las toxinas mientras se encuentran bajo una situación de estrés. Toda la actividad corporal se para, excepto aquella que es imprescindible para la supervivencia. Esto causa un proceso de intoxicación en el interior de la célula que le impide su normal crecimiento. De hecho, el doctor Bruce Lipton dice que es así como generamos las enfermedades y los males genéticos.
    El proceso de lucha o huye representa la respuesta necesaria para salvar nuestra vida en un momento de emergencia, pero no debe mantenerse durante largos periodos de tiempo. El problema radica en que una gran parte de las personas se mantiene en esa situación de forma prolongada. Y cuando esto es así, se producen resultados inevitables. Finalmente, algo se rompe y manifiesta un síntoma. Cuando existe un considerable número de síntomas, lo llamamos enfermedad. Así pues, una enfermedad se produce sencillamente  cuando el debilitamiento de la cadena celular se quiebra por la presión de lo que denominamos estrés.
    También se descubrió que las células que estaban adecuadamente dispuestas al crecimieto y a la curación se muestran literalmente inmunes a la enfermedad. Es decir, "Una célula que crece y se muestra sana es inmune a la enfermedad"

jueves, 13 de septiembre de 2012

                                                     LAS CUATRO PREGUNTAS BÁSICAS  

       Da igual la forma o filosofía que tengas para mirar o enfrentarte a la vida, te propongo cuatro preguntas básicas para contestarlas interiormente y así ser consciente de algunas de tus creencias.

La primera pregunta es si la vida es amistosa. Le preguntaron a Einstein qué era lo mas importante que se podía saber acerca del universo físico y él respondió: "La pregunta básica es si el universo es amistoso. Por supuesto es infinito, misteriosos y jamás sabremos todo lo que se puede saber sobre él, pero lo más importante es saber si está de tu parte o está en contra tuya".
     Uno cree que algo es amistoso cuando eso reacciona a sus expectativas. Si la vida está de tu parte es posible  que siempre esté de tu parte, incluso en aquellos momentos en que parece todo lo contrario. Todos hemos vivido experiencias de forma negativa, pasa un tiempo y ocurre algo que vivimos de forma positiva, y reflexionando nos damos cuenta de que si no hubiera pasado lo primero tampoco habría pasado lo segundo.
     Uno decide y así es. La vida tiene una cosa muy curiosa y es que siempre te  da la razón. Si crees que la gente es mala y que va a por ti, te aseguro que esa será la gente que atraerás a tu vida. Si tenemos una percepción de la vida o una creencia concreta, la vida nos la confirma. Es muy cómodo decir que te pasan cosas malas por culpa de los demás. Nadie es responsable de lo que ocurre en tu vida, sólo tú.
     Si te ocurre algo que interpretas como desagradable es lógico que la primera reacción sea tristeza o enfado, lo importante es que esa reacción te dure el menor tiempo posible y preguntarte cómo eso que te ha pasado podría apoyarte ahora mismo o en el futuro. Cuando te planteas esa pregunta, por lo menos estás admitiendo varias posibilidades y amplías tu campo de visión, no te limitas sólo a ese hecho que al principio habías considerado desagradable y dejas de juzgar. En esos momentos la vida te suele dar la contestación.

La segunda pregunta es si nosotros creamos nuestras propias experiencias o somos víctimas de ellas. Y aquí tienes que definirte: o siempre eres víctima o siempre eres creador, las dos cosas no son posibles, o una u otra.
     Si piensas que eres el creador de las cosas buenas que te ocurren, aplicando la misma lógica, habrá que admitir que también eres el creador de aquellas experiencias de las que no estás tan orgulloso. Cualquier cosa que te ocurre, de alguna forma la has creado tú. Esto es fácil de explicar pero difícil de entender si te arrolla un camión. Si después de atropellarte un camión en un paso de peatones te digo que esta experiencia te la has creado tú, me responderás que estoy loca y que eso no es cierto porque, entre otras cosas, no eres masoquista. No, no es que seamos masoquistas, lo que ocurre es que la vida nos ha dado un grito simplemente porque no hemos escuchado sus anteriores mensajes. Tú has crado una fuerza en una dirección, has creado un movimiento energético, autodestructivo y la vida te ha respondido con el camión. Los acontecimientos externos son una metáfora perfecta de nuestras creencias interiores. Exteriormente los opuestos se atraen, interiormente lo igual se atrae, ahora ya sabes cómo se crean las cosas, si uno cree que el mundo y las personas son antagónicas, uno suele atraer este tipo de personas a su vida o juzgar cualquier gesto de otra persona como algo que no te va a apoyar; normalmente, cuando te ocurren cosas que interpretas como desagradables, es porque has trasgredido alguna ley espiritual.
     Todo lo que ocurre es una creación global que solemos ver de forma fragmentada, es decir como acontecimientos aislados y sin relación; como sólo vemos los últimos pasos de todo el proceso, creemos que se trata de una relación causa-efecto, lo que nos convierte en víctima y parece que todo lo que ocurre está fuera de nuestro control. El proceso creativo tiene poder, que es lo que manifestamos y proyectamos en el mundo. Esta proyección del poder personal es como darle vida a nuestra creación, aunque como la vivimos no siempre es agradable. Hay mucha gente que no quiere aceptar que todo lo que nos ocurre lo hemos atraído nosotros, como tampoco aceptan que haya gente que elija nacer en la India, o tener unos padres que le maltraten. Hay que tener en cuenta dos cosas a este respecto, primera no elige el ego sino el alma; y segundo, una vida entera representa sólo un pestañeo, un abrir y cerrar los ojos en el contexto de la eternidad. El alma es eterna.
      Estas preguntas no son para analizarlas intelectualmente, son para experimentarlas. Ten en cuenta la posibilidad de que la vida funcione de otra manera y espera a ver qué pasa. Cuando pasa algo agradable no nos queda grabado. Uno se abre y la energía fluye libremente, por eso es más difícil cuando uno se lo pasa bien acordarse de demasiados detalles.


La tercera pregunta es si estamos locos. Estar loco es una referencia social, entre lo aceptable y lo no aceptable. La locura es relativa, todos estamos un poco locos porque todos tenemos pensamientos, experiencias y reacciones distintas. Por definición estamos locos, somos diferentes de la misma manera que nos distinguimos por nuestras huellas dactilares.
     Hay que tener en cuenta dos aspectos; primero, se gasta una enorme cantidad de energía intentando convencerse uno mismo de que no está loco. Suelta el control de tu propia mente, acepta tus pensamientos y aprovecha esta energía perdida.
 Segundo, la aceptación de las locuras o de las ideas que te parecen locuras, son el primer paso para llegar a un nivel que está por encima de esta tercera pregunta, que es dejar de juzgar si estas loco o no. No tienes por qué identificarte con tus pensamientos. Cuando se te ocurre algo, te parece que el cuerpo tenga que acompañar con alguna acción al pensamiento. Hay una identificación con los pensamientos que hace que te enganches a ellos. No hay que implicar al cuerpo siempre que se te pasa algo por la cabeza. Debemos vernos a nosotros mismos como almas, como seres energéticos. Un alma no está nunca enferma, no la puedes matar. Nuestras relaciones son energéticas, de alma a alma. Físicamente la relación puede ser de padre a hijo pero el amor no es una relación física, es energética.
    Pregúntate hasta qué punto eres lo suficientemente rico para darte cuenta de que todo lo que pasa por tu mente, incluso lo que llamas locuras, tiene un aspecto beneficioso para ti.


La cuarta pregunta es si somos estúpidos. A cada instante uno puede preguntarle a la vida sobre un hecho determinado y cada pregunta incluye la respuesta sí o no, las estadísticas no sirven. Ser estúpido es poner de antemano límites que no tienen por qué estar.  
    Hay personas, algunas incluso con varios títulos académicos a las que considero estúpidas porque ellas mismas se ponen limitaciones al ir de entendidas. Uno se cree que porque una cosa ha ocurrido cien veces de una manera ya no puede ser de una manera distinta y eso es vivir el pasado.
    Cuando debas tomar una decisión entre lo conocido y lo desconocido, elige lo desconocido y asume un grado de riesgo; piensa en lo peor que puede pasar, a veces lo peor no es tan malo y te puedes arriesgar.
    La educación y la experiencia tienden a hacernos estúpidos; la base de la educación es que el pasado trae el futuro y esto no es correcto, es el presente el que trae el futuro. La vida no intenta mantener sus secretos, tú debes tener ojos para verlos.


         Si vives estas cuatro preguntas, uno de los resultados con mayor trascendencia es que empiezas a escuchar la información de tu interior. Si sabes cómo empezar a relacionarte con este idioma creativo interior, te parece que has montado en una nave espacial y estás en otro planeta, porque todo lo que antes no tenía vida ahora la tiene y además te habla.
 

jueves, 16 de agosto de 2012

 "DEDICO DEMASIADO TIEMPO A MI TRABAJO"

          El problema no es trabajar muchas horas al día, sino el impulso vital que hay detrás de ese trabajo.
  Si detrás del hecho de dedicar muchas horas a una actividad encontramos un impulso constructivo, el resultado será seguramente satisfactorio. El problema aparece cuando ese esfuerzo está sustentado en el miedo: miedo a la incertidumbre, miedo al fracaso, miedo al rechazo social, miedo a la soledad...

          No importa que dedique muchas horas al trabajo, lo importante es el sentido que le dé a eso.

       Si tienen un sentido, un sentido que entronque con sus deseos verdaderos, no notará el esfuerzo, e incluso aprenderá instintivamente a dosificarlo. Y aún más; si en el fondo todo tiene un sentido, tampoco le importará demasiado el fracaso, pues aunque le destruyan la fortaleza sabrá que puede volver a levantarla. Por supuesto, se sentirá momentáneamente triste o decepcionado, pero siempre le quedará una base sobre la que volver a edificar.

jueves, 1 de marzo de 2012

LA MEDICINA DEL ALMA

   Hace tiempo cayó en mis manos este libro pero no le presté atención y es ahora cuando me ha "llamado" y como creo que todo "pasa por algo",sinceramente, éste era el momento para leerlo. El libro es " La medicina del alma", de Eric Rolf. Iré poniendo cosillas que me han hecho reflexionar o, incluso, apoyar mis ideas actuales sobre las dolencias, enfermedades que sufrimos todos, el por qué surgen y qué nos tienen que decir, qué debemos aprender con ellas o de ellas. Es una opinión, que por lo que podéis ver no es muy muy personal, así que para aquel que esté abierto a ver otra visión de las enfermedades aquí van unos fragmentos...


         ¿ Te has preguntado alguna vez por qué existen las enfermedades?
         ¿Por qué nos damos golpes o sufrimos accidentes?
     Si hay una causa para un resfriado que solemos atribuir a cambios bruscos de temperatura o a la acción de los virus, ¿Por qué no hay una causa para darnos un golpe en la rodilla? ¿Crees realmente que las cosas ocurren porque sí, que son fruto de la casualidad, o que somos víctimas del Universo?
     La casualidad se define como aquello que sucede sin que conozcamos sus reglas, es decir que ocurre porque sí. Estoy de acuerdo con la definición, porque cuando conoces las reglas la casualidad desaparece. Todo ocurre por algún motivo, tú mismo te darás cuenta de que las casualidades no existen.




          La esencia conceptual de la Medicina del Alma se puede describir de la manera siguiente:


     La vida es una sola y consciente totalidad que está en una constante y creativa comunicación con cada una de sus partes o aspectos. La vida sabe lo que hace y nos lo comunica.
     La vida nos habla en susurros, si no podemos escuchar nos habla mas alto. Si aún no podemos o sabemos entender o no queremos escuchar, nos sigue hablando más y más alto hasta que nos da un grito. Ese grito es el dolor, la enfermedad o el accidente.


       La enfermedad y su patrón de síntomas, el dolor y la incomodidad, están mas relacionados con el tono de voz. En este sentido un cáncer es un grito bastante más alto que un resfriado. Lo que sí tiene mayor importancia es el lugar del cuerpo en el que se han producido esos síntomas y los órganos relacionados con la condición. Éstos nos pueden decir de forma muy especifica la naturaleza y el sentido del mensaje.


     A la vez que entendemos el mensaje, lo integramos y aceptamos su sabiduría o sugerencia, el órgano empieza a curarse rápidamente, tanto que a veces aparenta hasta como magia o un pequeño milagro.


      Aparte de su función a nivel operativo, cada órgano interno y externo es a la vez una especie de archivo metafórico de distintos aspectos de nuestra vida personal. Una dolencia en un órgano nos indica que esa parte de nuestra vida esta fuera de equilibrio y por eso nos está llamando la atención.
Es decir, que nuestra atención consciente y en consecuencia nuestra personalidad está fragmentada y se dirige a distintos momentos de nuestro pasado impidiéndonos tener toda nuestra atención disponible en el presente. Como ejemplo imaginemos a tres personas que ven a un perro, un cachorro. La primera, a los siete años fue atacada y seriamente herida por un perro. La segunda a la misma edad, tenía perros y cachorros en casa y se pasaba las horas jugando con ellos. La tercera, por la razón que sea, jamás ha visto un perro, ni nada que se le parezca. Aunque el ejemplo es poco realista, nos sirve para darnos cuenta que sólo la tercera persona tiene toda su atención puesta en el perro del presente. Tanto la primera como la segunda reparten su atención entre el pasado y las distintas posibilidades futuras, sean negativas o positivas.
      Para muchos de nosotros el futuro no es algo realmente nuevo. Más bien es el pasado arreglado o expandido pero sigue siendo más del mismo pasado. Vivir el presente es vivir tanto la novedad como el misterio del momento y para eso uno requiere ser nuevo en cada instante, tal vez como dicen los yoguis, con cada respiración.

domingo, 26 de febrero de 2012

ORACIÓN BASADA EN LA ORACIÓN GESTÁLTICA DE FRITZ PERLS POR SERGIO SINAY





"No he venido a este mundo
a cumplir tus expectativas.
No has venido a este mundo
a cumplir mis expectativas.
Yo hago lo que hago,
tú haces lo que haces.
Yo soy yo, un ser completo aún con
mis carencias,
Tú eres tú, un ser completo aún con
tus carencias.
Si nos encontramos y nos aceptamos,
si nos aceptamos y nos respetamos,
si somos capaces
de no cuestionar nuestras diferencias
y de celebrar juntos nuestros
misterios,
podremos caminar el uno junto al otro;
ser mutua y respetuosa,
sagrada y amorosa compañía
en nuestro camino.
Si eso es posible puede ser
maravilloso,
si no, no tiene remedio."

martes, 21 de febrero de 2012

EL DISFRAZ DE LA IRA

“Casi todas las relaciones de cualquier tipo fallan siempre por el aspecto humano cuando CULPABILIZAMOS A LOS DEMÁS DE NUESTRAS FRUSTRACIONES PERSONALES NO RECONOCIDAS; cuando elementos de respeto, reconocimiento, aceptación y admiración, se van rompiendo poco a poco. La pérdida de uno va rompiendo el resto en cadena, y al final, lo que era o podría haber sido una relación plena, está cogido con alfileres. La asignatura pendiente es saber encontrar los canales de comunicación suficientes e idóneos para que el intercambio emocional que tiene que haber entre las personas se produzca de una manera eficiente:

¿PERMANECES ENFADADO PORQUE ESO TE DA LA SENSACIÓN DE TENER MÁS PODER O DOMINIO? Creemos que enfadarse y aferrarse al rencor es señal de poder, energía, entrega y amor propio. Pero, en realidad, la rabia y el rencor suelen encubrir sentimientos de inseguridad, impotencia, desilusión, aflicción o miedo, y se usan con frecuencia en sustitución de los sentimientos de verdadero poder personal.

¿USAS LA RABIA A MODO DE IMPULSO Y COMBUSTIBLE PARA CONSEGUIR QUE SE HAGAN LAS COSAS, O COMO UNA FORMA DE AFIRMAR QUE TIENES “RAZÓN”? En realidad, produce miedo en aquellas personas a quienes intentamos convencer, y genera oposición en lugar de resolución. Hay otras maneras de mirar el mundo. Será útil preguntarse: “¿Quiero tener razón o ser feliz?”

¿UTILIZAS LA RABIA PARA CONTROLAR A LOS DEMÁS? ¿TE HAS DADO CUENTA DE QUE CUANDO UNA PERSONA SE ENOJA, LOS QUE LE RODEAN SE SIENTEN CULPABLES Y ASUSTADOS, Y POR LO TANTO, A VECES SE DEJAN MANIPULAR? Si utilizamos la rabia como una manera de manipular a los demás, ellos, a su vez, sentirán rabia y resentimiento. Es posible que temporalmente consigamos dominar a otros con nuestra cólera, pero, como en el resto de los supuestos, por esta “ganancia secundaria” acabamos pagando un alto precio por ello: la propia relación interpersonal.

¿USAS LA RABIA PARA EVITAR COMUNICARTE? Cuando tenemos miedo de arriesgarnos a expresar nuestros pensamientos y sentimientos, o tememos las posibles consecuencias de decir la verdad, entonces solemos utilizar el enfado como modo de mecanismo para evitar la comunicación. Es posible que se considere la rabia como algo más seguro que la intimidad y la comunicación auténticas.

¿UTILIZAS LA RABIA PARA SENTIRTE A SALVO? ¿TE PARECE QUE TE SIRVE DE PROTECCIÓN? Cuando se proyecta la rabia hacia otras personas, éstas suelen mantenerse alejadas. Como no se pueden acercar demasiado, uno no tiene motivos para sentirse vulnerable.

¿TE AFERRAS A LA RABIA PARA QUE LOS OTROS SE SIENTAN CULPABLES? Si te enfadas con alguien tal vez desees castigarle. Una manera de conseguirlo es reforzar su sentimiento de culpabilidad. El principal problema de esta estrategia es que al hacerlo, de manera simultánea aunque no consciente, reforzamos nuestro propio sentimiento de culpabilidad, lo cual inevitablemente nos hace infelices y disminuye nuestra autoestima.

¿UTILIZAS LA RABIA PARA EVITAR LOS SENTIMIENTOS QUE ENCUBRE? A veces es mucho más cómodo sentir la rabia que sentir el temor y la tristeza que se ocultan debajo. De hecho, una razón por la que suele resultar tan difícil perdonar es que para hacerlo hemos de sacar a la luz y aceptar la verdad de lo que realmente sentimos. Eso puede ser una revelación dolorosa si hemos aprendido a convivir con la negación y la represión.

¿UTILIZAS LA RABIA PARA AFERRARTE A UNA RELACIÓN? Mientras te aferras a la rabia mantienes la relación con la persona con la que te has enfadado. Cuando guardamos rencor es como si llevásemos una cadena atada a la muñeca con el otro extremo atado a la muñeca de la persona con la que estamos resentidos.

¿TE MANTIENE LA RABIA EN TU PAPEL DE VÍCTIMA? Cuando llevas gran parte de tu vida sintiéndote víctima, puede que haya una enorme resistencia a perdonar, porque al hacerlo renuncias a una buena parte de esa identidad. Es como si dijeses: “Si renuncio a mi rencor favorito, ¿qué tema de conversación me queda? ¿Estoy seguro de que puedo existir sin mi papel de víctima?” Perdonar no significa negar que hayas sido una víctima en algún momento, quiere decir que el hecho de haberlo sido ya no domina necesariamente tu identidad y tu vida emocional actuales. Es posible que hayas sido una víctima, pero tienes la posibilidad de vivir tu vida libre de esa mentalidad y percepción de ti mismo.

¿UTILIZAS TU RABIA Y RENCOR PARA NO RESPONSABILIZARTE DE LO QUE SUCEDE ACTUALMENTE EN TU VIDA O DE LO QUE SIENTES? Esta es quizás la “ganancia secundaria” que más nos incita a aferrarnos al rencor, porque mientras lo hacemos podemos culpar a otra persona de nuestra frustración e infelicidad. “La culpa es de otro”. Esto no quiere decir que los demás no contribuyan a nuestra felicidad o infelicidad, sino que en último término somos responsables de lo que sentimos. Si nos entregamos a resentimientos constantes sin intentar jamás tener una visión más amplia, eludimos reconocer el poder que tenemos para cambiar nuestra relación con la situación actual. Mientras consideremos el problema como exclusivamente exterior a nosotros, es decir, mientras pensemos que no tenemos nada que ver con lo que sentimos, continuaremos siendo impotentes.

CUANDO TE INVADE LA IRA, ¿NO ES ACASO PORQUE ALGUIEN NO LLEVÓ A CABO LA FUNCIÓN QUE TÚ LE HABÍAS ASIGNADO EN TU MENTE? ¿Y NO SE CONVIERTE ESTO EN LA “RAZÓN” QUE JUSTIFICA TU ATAQUE? Los sueños que crees que te gustan son aquellos en los que las funciones que asignaste se cumplieron, y las necesidades que te adscribiste, fueron satisfechas. No importa si esas necesidades se satisfacen o si son simplemente algo que se desea. Cada sueño representa alguna función que tú le has asignado a algo: algún objetivo que un acontecimiento, una persona, un cuerpo o una cosa “debe” representar y alcanzar por ti. Si lo logra crees que el sueño te gusta. Si fracasa crees que es triste. Cuán felices serían tus sueños si no le adjudicases a cada una de las figuras que aparecen en ellos el papel que “debe” representar. Es únicamente la imagen que tienes de alguien lo que puede fracasar, y tener esa imagen es lo único que constituye una traición. Cuando le asignas a otro un papel que tú crees que te haría feliz a ti, tratarás de herirle cuando no cumpla el papel que le asignaste en el sueño que tienes de lo que debería ser tu vida. Atacarás lo que no te satisfaga, y así, no te darás cuenta de que fuiste tú mismo quien lo inventó.”

R. Casarjian.

martes, 14 de febrero de 2012

EL BUEN TERAPEUTA

Hay un cuento argentino que relata la historia de cuatroderviches, cada cual provisto de un objeto mágico, que deciden unirse para ayudar mejor a la humanidad.
 
 
Uno de ellos tiene un bastón.Otro una capucha.Otro un espejo.Otro un tazón.Actuando unidos, logran salvar al enfermo. 
El rey ordena secuestrar a uno de ellos para que cure a la princesa. Sus guardias capturan al derviche portador del tazón, quien hace todo lo posible por salvarla. Es inútil. El derviche no puede hacer nada por carecer de la ayuda de sus compañeros y la princesa muere. Lamentablemente, como suele suceder en estos cuentos, el derviche es castigado por el rey con la muerte. 
El rey no sabía que sólo unidos pueden, los cuatro derviches, curar; cada uno provisto de su objeto mágico.
Así había sucedido la primera vez: El bastón proporcionó apoyo al enfermo en aquellos momentos de sufrimiento.La capucha, protección: un espacio y un tiempo en que el enfermo se pudo sentir a salvo.El espejo le permitió mirarse para dentro para descubrirse y conocerse a sí mismo, para escuchar todo aquello que su enfermedad se había empeñado en comunicarle.El tazón le brindó el alimento necesario para emprender tal empeño y recobrar sus fuerzas.
 
El enfermo pudo curarse gracias a que pudo mirarse en el espejo, conocerse y reconocerse, protegido como estaba -gracias a la capucha- de tantos y tantos miedos que antes le habían impedido hacerlo. En el bastón encontró el apoyo y la orientación necesaria para comprender todo aquello que vio reflejado. Gracias al alimento y al amor recibido mediante el tazón, encontró las fuerzas para comenzar aquella tarea que ya duraría toda la vida. Aquel tazón rebosante de cariño le ayudó aceptarse tal como se vio en el espejo. A aceptarse no con resignación sino como un regalo. 
Un terapeuta deber ser bastón y ofrecer apoyo, pero no únicamente. Provisto sólo de bastón, sólo conseguirá reforzará la dependencia exterior del paciente.
Un terapeuta debe ser capucha y ofrecer protección, pero no únicamente. Sólo con protección sólo reforzará el sentimiento de desvalidez del paciente. 
Un terapeuta es un espejo donde el paciente se mire, se conozca y reconozca. Pero si sólo es espejo, el paciente se asustará y huirá. 
Un terapeuta debe ser tazón y cariño, alimento para el alma y el ser interior; pero no únicamente. De ser solamente esto, reforzará la creencia del paciente de que el amor y el cariño sólo de fuera pueden venir. 

El terapeuta, como hacen los cuatro derviches del cuento, combina los cuatro elementos en su justa medida...
 
Como hace el Maestro. Como la cocinera combina los ingredientes y los tiempos en el puchero. Como el albañil elabora el cemento a partir de la arena. Como la hechicera macera las hierbas en el cuenco. Como el poeta encuentra las palabras...a medio camino entre la cabeza y el corazón.
 

lunes, 2 de enero de 2012

   " Pasa el día y en mi cabeza se amontonan miles de preguntas. No existe ninguna pregunta cuya respuesta no se halle en lo más hondo de mi alma.[...]
       Descubro que cada instante de la vida es precioso. Nada es inútil, ni un solo pensamiento, ni un solo acto, una conversación casual nunca es casual. Un encuentro fortuito es un encuentro inevitable. La casualidad siempre está planeada. Al descubrir todo esto, descubro que existe un gran proyecto, un proyecto universal. Veo, con gran alegría, que formo parte de este proyecto, que todo ser vivo, e incluso lo que parece inánime, forma parte inevitable del proyecto.[...]
        No existe ninguna poción mágica que nos proporcione sabiduría. Solamente nuestras experiencias nos enseñarán, siempre que estemos realmente interesados en aprender. Podemos leer miles de libros cuyas palabras nos sirvan de inspiración y nos ayuden a encaminarnos en una determinada dirección; sin embargo, sólo la experiencia puede dar a la palabra escrita su verdadero significado.

  [...]  ¿Cuál es la finalidad de nuestras vidas aquí en este mundo? Mi respuesta es siempre la misma: Estamos aquí para aprender, para crecer.  ¿Y cómo podemos aprender y crecer? La respuesta es bien sencilla: Mirad en vuestro interior.
      Cada uno de nosotros nace con una luz en su interior, con una luz que no es otra que la del alma. Si decidimos reconocerla y alimentarla, al morir iremos hacia la luz para que ésta nos acoja. Si decidimos vivir entre tinieblas, ya sea aquí en este mundo o después de "morir", si permitimos que la luz se vaya apagando, entonces elegimos permanecer en un lugar oscuro. Pero no hay que olvidar que esta decisión es siempre un acto personal."

DEl libro "El águila y la rosa" de Rosemary Altea