jueves, 16 de agosto de 2012

 "DEDICO DEMASIADO TIEMPO A MI TRABAJO"

          El problema no es trabajar muchas horas al día, sino el impulso vital que hay detrás de ese trabajo.
  Si detrás del hecho de dedicar muchas horas a una actividad encontramos un impulso constructivo, el resultado será seguramente satisfactorio. El problema aparece cuando ese esfuerzo está sustentado en el miedo: miedo a la incertidumbre, miedo al fracaso, miedo al rechazo social, miedo a la soledad...

          No importa que dedique muchas horas al trabajo, lo importante es el sentido que le dé a eso.

       Si tienen un sentido, un sentido que entronque con sus deseos verdaderos, no notará el esfuerzo, e incluso aprenderá instintivamente a dosificarlo. Y aún más; si en el fondo todo tiene un sentido, tampoco le importará demasiado el fracaso, pues aunque le destruyan la fortaleza sabrá que puede volver a levantarla. Por supuesto, se sentirá momentáneamente triste o decepcionado, pero siempre le quedará una base sobre la que volver a edificar.